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Ayuno intermitente, y su efecto sobre el reloj circadiano, la autofagia y envejecimiento.

  • Foto del escritor: unimel rrss
    unimel rrss
  • 15 ago 2024
  • 3 Min. de lectura

 El envejecimiento es un proceso cronológico que se caracteriza por el deterioro progresivo de las funciones de los tejidos y órganos del cuerpo. Existen varias vías que pueden enlentecer este proceso y entre ellas la autofagia es una de las que más se ha estudiado. La autofagia consiste en un proceso por el cual, nuestro cuerpo destruye células envejecidas y dañadas con el propósito de mantener un equilibrio que permita la funcionalidad del organismo. Varios investigadores concuerdan, en que la reducción de la autofagia se asocia a un envejecimiento acelerado y que cumple un papel importante en enfermedades asociadas a la edad, como las enfermedades neurodegenerativas y las cardiovasculares.


Existen múltiples estímulos de la autofagia y entre ellos uno de los que más recientemente se ha estudiado es el ayuno intermitente (AI). Esta estrategia nutricional que ha despertado un importante interés social en las últimas décadas, consiste en un esquema de alimentación cíclico, con períodos de ayuno y alimentación que puede estar asociado o no a restricción calórica.


     Existen varios regímenes de ayuno intermitente:

● Ayuno de 24 horas o ayuno de día alterno.

● Dieta 5:2.

● Ayuno de día completo.

● Ayuno con restricción de tiempo,

de todas estas variantes la más popular es esta última,


     Ayuno con restricción de tiempo o AI consiste en un ayuno diario, con una ventana de ayuno y una ventana de alimentación, cuya duración de cada una es variable. Múltiples estudios en modelos animales reportan que bajo este esquema de alimentación se provocan durante el ayuno, respuestas celulares adaptativas y se favorecen procesos tisulares específicos de crecimiento y plasticidad celular que se asocian con resistencia al estrés, supresión de la inflamación e importantes efectos metabólicos que al final se reflejan en una extensión de la vida útil de las células, retraso en el proceso de envejecimiento y resistencia a la enfermedad.


    Recientemente, en el 2021, científicos de la Universidad de Columbia en Nueva York, EE.UU, publicaron un estudio en la revista Nature, donde abordaban como la estrategia de alimentación con restricción de tiempo intermitente (ITRF), una variante del ayuno intermitente, influía en el ritmo circadiano y a su vez estimula la expresión de genes de autofagia con un efecto en la longevidad de estos modelos en animales. Llegaron a la conclusión que esta estrategia de ayuno mejora la expresión de genes circadianos relacionados con la autofagia, y que esto se expresa en múltiples parámetros relacionados con el anti-envejecimiento y como un mayor capacidad de desplazamiento.


    Asimismo en el 2019 un grupo de investigadores de la Universidad de Alabama, también en EE.UU, publicaron un estudio donde se evaluó desde el punto de vista molecular los efectos de la alimentación temprana con restricción de tiempo (eTRF, por sus siglas en inglés) sobre los niveles de glucosa y los marcadores de envejecimiento en humanos. Es este estudio, uno de los primeros de este tipo realizados en humanos, que mediante esta otra estrategia de ayuno no solo mejoraron los niveles de glucosa después de 24 horas de ayuno, sino que también un aumento del ritmo circadiano por las mañanas, con la expresión del gen de respuesta al estrés y envejecimiento SIRT1, así como el gen de la autofagia LC3A. Además, por las noches aumenta el factor neurotrópico derivado del cerebro (BNDF), que promueve el crecimiento, el desarrollo y la supervivencia neuronal, todos factores antienvejecimiento. Esta regulación positiva de la autofagia, estimulada por el ayuno inteligente, se perfila actualmente como uno de las principales estrategias en pacientes a emplear, no solo contra la obesidad, sino también en el retraso del envejecimiento de forma más saludable.


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